Esta es una crítica constructiva para todos aquellos que somos padres y qué en algún momento determinado, no pudimos poner límites a los procederes de nuestros hijos, ya sea por consentirlos, por sobreprotegerlos o porque, él, o la cónyuge, abuelos u otros familiares no lo permiten, indicando que no debemos exagerar o sobredimensionar algún evento o altercado, desautorizando al padre o madre que quiere poner en orden una situación.
Estos son los consejos que acogemos sin que nadie nos los de, para formar un pequeño rufián en casa y si se tiene éxito a futuro un delincuente en la sociedad.
Lo peor de todo es que cada vez estamos más convencidos de que estos comportamientos de parte nuestra como padres, son los más apropiados y para colmo lo estamos aplicando en la crianza de nuestros hijos, sin darnos cuenta del grave daño que podríamos causarles a futuro, olvidándonos del hábil arte de educar, acariciar con una mano y corregir con la otra.
· Comience desde la infancia dando a su hijo todo lo que le pida, así crecerá convencido de que el mundo entero le pertenece.
· No le dé ninguna educación espiritual, espere que alcance la mayoría de edad para que pueda decidir libremente.
· Cuando diga palabrotas, ríaselas, esto le animará a hacer más cosas graciosas.
· No le regañe nunca, ni le diga que algo de lo que hace está mal, esto podría crearle complejos de culpabilidad.
· Recoja todo lo que él deja tirado, el libro, zapatos, ropa, juguetes, hágaselo todo, así se acostumbrará a cargar la responsabilidad sobre los demás.
· Nunca lo obligue a tender su propia cama, con el pretexto de que no hay tiempo y lo deja dormir 5 minutos más.
· No lo obligue a ir al colegio con el uniforme correcto y completo con el pretexto de que hace frío y tiene que llevar otra prenda.
· Nunca lo obligue a cortarse el pelo con el pretexto de que es una moda que solo incómoda.
· Nunca lo obligue a pasear al perro con el pretexto de que las calles son peligrosas.
· Nunca lo obligue a comer lo que hay con el pretexto de que esa comida no le gusta.
· Déjelo que pase el tiempo que le da la gana frente a los video juegos con el pretexto de que no tiene otra distracción.
· Déjelo asistir a todo tipo de reunión social, con el pretexto de que no hace nada malo.
· Déjele leer todo lo que caiga en sus manos, cuide de que sus platos cubiertos y vasos estén esterilizados, pero que su mente se llene de basura.
· Dispute y riña a menudo con su cónyuge en presencia del niño, así no se sorprenderá, ni le dolerá demasiado, el día en que la familia quede destrozada para siempre.
· Dele todo el dinero que quiera gastar, no vaya a sospechar que para disponer de dinero es necesario trabajar.
· Satisfaga todos sus deseos, apetitos, comodidades y placeres, el sacrificio y la austeridad podría producirle frustraciones
· Póngase de su parte en cualquier conflicto que tenga con sus profesores y vecinos, piense que todos ellos tienen prejuicios contra su hijo y que de verdad lo que quieren es fastidiarlo
Si seguimos estos consejos es fácil que en casa hagamos un pequeño tirano que con el tiempo se puede convertir en un auténtico delincuente.
No me vendrán con que yo no hago eso, porque si, hay contadas excepciones y felicito a esos padres que sí ponen límites, tampoco vendrán con que mi hijo es distinto, porque también hay excepciones y conozco a un par de hermanos que nunca les faltó nada, fueron criados en la misma casa, escuela, colegio y universidad, pero hoy uno es un miembro funcional de la sociedad, un padre abnegado, esposo con responsabilidad afectiva, un profesional muy reconocido con una correcta trayectoria laboral, y el otro está siendo juzgado por varios delitos de cuello blanco y hasta por no pagar una miserable pensión de alimentos.
La niñez y la juventud son el futuro de nuestra sociedad, pero que sociedad va a ser con estos miembros que no saben cómo manejar una mínima frustración sin un psicólogo o sin una terapia.
Yo en lo particular NO creo en esos nuevos conceptos de la psicología moderna que hablan de la amistad del padre con los hijos, eso es un error, o una mala definición de la palabra amistad, la amistad es entre iguales, y el padre no es el igual del hijo, el padre es mucho más que el hijo y mucho más de lo que puede ser un mejor amigo, no es un igual es otra jerarquía y eso ayuda luego, cuando el chico necesite apoyarse en alguien que sea superior, más sabio y fuerte.
Mi abuelo decía, el día que yo sea amigo de mis hijos, mis hijos se quedarán huérfanos y eso solo sucederá cuando me muera, con lo que quiso decir es que, siempre, siempre, siempre tiene que haber una jerarquía: entre el padre y el hijo, el profesor y el alumno, entre el jefe y el empleado, entre el adulto y el niño, es cierto que la psicología moderna dice que no debe de haber jerarquías, pero hay que aceptar que, la psicología se puede equivocar y como prueba de eso es que tenemos individuos que no saben diferenciar entre el bien y el mal, entre ser justo, legal y ser un ser humano y un ejemplo de que las jerarquías si funcionan es en la jerarquía militar, que ha funcionado desde siempre.
Ahora estamos tan preocupados en mantener el cariño de esos niños con regalos y detalles que nos olvidamos de nosotros mismos, una vez de niño le dije a mi madre que no la quería por un castigo que me impuso a una falta cometida, mi madre me sonrió y me dijo:
¿Quién te hizo creer que yo quiero que me ames?, el trato es: yo te amo y tú me respetas y me obedeces.
Los padres estamos para aplaudir, logros, éxitos y aciertos de los hijos y principalmente estamos para guiar, corregir, los pasos de nuestros hijos, que adopten buenos hábitos y también, estamos para juzgarlos y apoyarlos cuando cometan errores, pero los juzgaremos como padres amorosos y no como jueces agraviados.
Es mejor corregirlos ahora que son niños y jóvenes moldeables y que conozcan el camino correcto ante la ley, porque en el futuro los que los van a corregir será un policía o un juez.
Bien sintetizado, estimado Omar, alias el"ne..."