Amor Inagotable, olvido inalcanzable.

Me han dicho que es de bobos tropezar 3 o más veces con la misma piedra, pero lo que ellos no saben, es que tú eres una piedra fuera de lo común sobre la que vale la pena o como digo yo, vale la alegría, caer, resbalarse, hacerse una herida o más, porque hay personas que merecen nuestro dolor, nuestro repudio, nuestra indiferencia, o nuestro amor, aunque no sea recíproco. Hay personas que llegan a nuestra vida e inundan los días de momentos cargados de pasión, lujuria y amor, sentimientos que dan un convincente estado de felicidad, derrochan la alegría y la vuelcan sobre lo que le rodea, como quien arroja unos dados, en una mesa de juego con todo su entusiasmo y esperanza, personas que levantan tu vida con una sola sonrisa o con una simple mordida de labios te elevan y te hacen topar las nubes y ahora que no están, no dejan cuerda en donde dejar que se seque su ausencia.

Me dicen que lo deje ir, que no volverá, que ya te reemplazó, que le ofrecieron algo mejor y tal vez estén en lo cierto, pero no saben que tu boca es el ticket de entrada al paraíso, que el brillo de tus ojos son la luz de la noche más oscura, que la calidez de tus brazos abrigará todas las madrugadas y que la frescura de tu aliento mezclado con el aroma de tu cabello convertirá el lugar más hostil en un lugar acogedor y tranquilo.

Y dueles, claro que dueles, tu ausencia duele, como un regalo que al abrirlo está vacío,

como el premio que te quitan de las manos.

A veces hay parejas que se aman muchísimo, pero hay temores, incertidumbres y orgullos que los vencen, en otras palabras, las parejas que duran mucho tiempo no son porque se amen infinitamente, sino porque se respetan y han perdonado casi todo, en esto debe de haber un límite y una condición: que no exista un 3ro y que sea siempre mutuo, natural y espontaneo.

Siempre estás en mi mente, para estampar mi universo de alegría, para darle un nuevo orgasmo a mi memoria, no busco con quien acostarme un sábado en la noche, te quiero a ti para despertar un domingo y prepararte el desayuno.

No seré responsable de tu felicidad porque eso depende de cada individuo, me gustaria ser responsable de "El clímax de la sinfonía entre tu piel cálida y sudorosa, labios humedos y firmes, aliento fresco y fatigado del que solo nuestros cuerpos sabían cómo interpretar".